14 de octubre, Esther
(viene de 400palabras ) Ella me miraba desde la camilla, me miraba con aquellos ojos azules que quizá me hubieran hecho desear ser lesbiana si no hubiera sido porque me miraba desde la camilla y gritaba promete que no me harán daño, por favor promete que no me harán daño, me cogía de la mano y me miraba y miraba al techo un momento con aquellos abiertos, abiertos ojos azules que sin embargo no hicieron que el médico se fijase dos veces en ella antes de introducir la hipodérmica en algún punto indeterminado entre su estómago y sus piernas, algún punto, no sé dónde exactamente, porque yo no miré la aguja entrando y una pequeña gota de sangre saliendo, porque yo no era capaz de despegarme de sus ojos, y no podía parar de decir, Nikki, tranquila, Nikki, todo saldrá bien, como si fuera mi responsabilidad y como si ella estuviera segura de que era Nikki, qué nombre tan extraño, y como si fuera yo misma quien la hubiera llevado hasta allí, vestida, como estaba, de enfermera, de verde nuclear,...